Edgar, de 21 años de edad, es estudiante y padece de una enfermedad rara aun por identificar. Su sueño es convertirse en matemático para poder trabajar en una empresa espacial. Su mejor herramienta de estudio es su ordenador, adaptado a su vista porque no puede mover una mano y los pies.
Por culpa de averías en el transporte y la poca accesibilidad de los espacios, Edgar no podía acudir a la mayoría de sus clases, como el resto de sus compañeros, porque solo no podía, y sentía que su sueño se desvanecía.
Sin embargo, la Universidad Complutense de Madrid creó una beca para ofrecerle un alojamiento accesible y cerca del campus, así como una persona de ayuda. Con ello, Edgar ahora llega a tiempo a sus clases y no se pierde ninguna.
En el campus dicen que siempre va deprisa, porque ganas para comerse el mundo no le faltan.
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Historia extraída de: https://www.elpais.com
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