"Mi nombre es Dolores y nací el 21 octubre 1989. Bueno, en realidad no, nací en marzo de 1968, aunque cada vez se hace más cuesta arriba tener que añadir velas en mi pastel de cumpleaños. Y lo reconozco, tampoco debo quejarme, es una bendición, son muchos los que van quedando por el camino aunque a menudo no sea consciente de ello. Simplemente humana.
Sin embargo, de alguna manera es cierto: aquel 21 de octubre, Dolores volvía a nacer. En el mismo seno familiar, con algunas experiencias adquiridas, pero dejando atrás muchas cosas. Prácticamente todo.
Nada de lo que había soñado, todo por lo que había luchado y me había esforzado durante toda mi vida, tenía sentido ahora. Por un absurdo juego, mi médula se había roto y, con ella, todo lo que me había parecido importante hasta entonces.
Tenía que enfrentarme a un nuevo mundo, a un mar de circunstancias poco favorables: las barreras. Y no me refiero sólo a las barreras arquitectónicas y sociales, sino también a las físicas y mentales.
Y no, no es fácil despertar una mañana y darte cuenta que aquello no es una pesadilla, por mucho que cierres y abras los ojos, sigue ahí, es una realidad con la que tendrás que bregar el resto de tu vida. Así que ¡tú decides! ¿Tiras la toalla o intentas sacar el mayor partido posible a lo que tienes?
No lo voy a negar, mi ego se sube por las nubes cuando alguien me dice que soy un ejemplo de lucha y superación. ¿A quién no le gusta escuchar halagos? Pero tengo claro una cosa: sólo ha sido supervivencia.
Me niego a ser ejemplo de nada. Porque a pesar de todo lo que he perdido, de todo lo que he aprendido y de todo lo que he llorado... aún hoy puedo soltar una lágrima cuando un fotógrafo cancela una colaboración conmigo o descubro en el espejo una incipiente arruga que me recuerda que no me engañe, que nací en 1968. Y es que no soy perfecta, soy humana, puedo comerme el mundo ante la mayor adversidad y flojear ante una nimiedad.
Soy como soy, con defectos y virtudes, pero con un gran sueño: poner pasión en todo lo que hago.
Tengo muchas ideas, muchos proyectos que me gustaría dar forma. Ojalá que todo mi empeño no caiga en saco roto y encerrado en un cajón. Ojalá que todo mi esfuerzo sirva para ayudar a otros... Sólo el tiempo lo dirá.
¿Te animas tú a ayudarme a conseguir mi sueño? ¡Te espero!"
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